Cuatro siglos de análisis, estudio y divagación han provocado que la apretada letra de Cervantes, garabateada con sencillez y prisa en posadas y ventas, plasmando historias, personajes, ideas y versos, haya terminado por convertirse en un signo descomunal y gigantesco. Así que, ¿cómo acercarse a ella sin abrumarnos?
Para ello es preciso devolverla a su dimensión natural, reducirla al tamaño humano. Y éste fue el objetivo de la Fundación con “Acércate a Cervantes” en 2016, año en el que se conmemoró el IV centenario de la muerte del alcalaíno, el de escalar la palabra cervantina hasta que todos la veamos de frente. Y desde la Fundación lo hicimos a través de disciplinas artísticas como la fotografía, la ilustración, la música, el arte urbano o la videocreación. A través de estos lenguajes, la voz de Cervantes consiguió y consigue algo tan grande como reactivar el presente, que es lo que hacen los clásicos.